viernes, 13 de enero de 2012

.

Sola. Sin nadie que me entienda. Mintiendo con una máscara que se derrumba cuando nadie me ve. Jamás puedo ser quien quiero ser. ¿Reírme? Me río. Mucho. Sí, vale, me divierto, pero siempre quedará el sabor amargo del dolor, el recuerdo de lo que quise ser y no fui. Vamos, soy humana, o eso creo, y los humanos necesitan relacionarse, yo lo hago, y aún así no he encontrado a nadie que me comprenda. Que entienda por qué a veces me tomo tonterías en serio, y cosas serias en broma. Dicen que no soy normal, y no saben la razón que tienen. Me llaman loca, no lo dicen en serio, pero me lo creo. ¿Quién demonios puede sentirse solo rodeado de amigos?

viernes, 30 de diciembre de 2011

No sé...

... no sé qué hago aquí, por qué he caminado tanto para llegar a este lugar lleno de mugre y barro. ¿Para qué me esfuerzo tanto en quedar bien contigo? Ropa bonita, pelo planchado y una sonrisa no enamorarían ni a un burro si forman parte de mí. De alguien que sólo sabe pensar en ella misma. Que no sabe qué es vivir. Que no tiene metas en este mundo. Tonta de mí que me levanté con la ilusión de verte y sentir tu mirada en mi espalda, sentir cómo mi corazón se acelera con tu presencia, recuperar la ilusión que me quitaste con sólo una palabra, un gesto, una no mirada...

miércoles, 28 de diciembre de 2011

Olvidar.

Olvidar.
Un verbo como otro cualquiera, de no ser por su significado. ¿Olvidar un recado? ¿Una enseñanza? Fácil. ¿Olvidar a quien amas? Imposible. Lo tengo comprobado, intentarlo se puede, pero lograrlo, no, yo al menos. No puedo decir: te voy a olvidar, sin pensar en ti. Y es curioso, cuando intento olvidarte te recuerdo aún más, si es que eso es posible.

martes, 27 de diciembre de 2011

La autoestima.

Subirte a una nube y verlo todo rosa. Tengo una figura fabulosa, una belleza que arranca corazones y bla bla bla...
¿Para qué pensar todo eso y ser feliz 5 minutos? ¿Por qué no hundirse ya en la pesimista realidad? Tarde o temprano, el mar de lágrimas te alcanzará y tendrás que resignarte a ser lo que eres.
Esto ocurre cuando no te aceptas, cuando sólo quieres cambiar y no te importa ser egoísta contigo mism@ por conseguirlo. Esto me ocurre a mí. ¿Y qué hago? Caso omiso, tengo mis días, me autoestimo y salgo con una sonrisa radiante. Pero, en contraste, también hay días en los que ni bajar quiero.
En definitiva, creo que la autoestima es un arma muy poderosa capaz de alegrarte el día o de arruinarte la vida en un río de mentiras.